Bienvenido a mi blog

CREE EN TI · ENFOCA · CRECE

El síndrome del APC de los profesionales independientes

Tienes clara tu propuesta de valor y tu mensaje, te diriges a un nicho de mercado que sabes que a tu competencia le funciona y por lo tanto piensas «¿y por qué no me va a funcionar a mí?», te dejas ver en los círculos adecuados donde tu cliente está. Sin embargo, no consigues clientes y empiezas a preguntarte aquello de ¿por qué a los demás les funciona y a mí no?

Como siempre digo, no todo es estrategia y parte que podríamos llamar técnica a la hora de desarrollar tu negocio de servicios. Hay una parte mental que juega a nivel muy profundo dentro de cada persona y que muchas veces es la clave del éxito que tanto deseas.

Yo lo llamo el síndrome del APC, Abierto Pero Cerrado. Acércate y te lo explico…

Por mi experiencia te diré que los clientes y todo aquello que quieras tener en tu vida, va a empezar a llegar a ti solamente cuando estés abierto para recibirlo. Al principio es algo contradictorio porque tú dices, ¡claro que quiero tener clientes! ¡estoy abierto!. Sin embargo, si observas lo que sientes, hay un miedo irracional en tu interior que te hace dudar de tus capacidades para poder dar servicio a esos clientes. Ya he hablado en alguna ocasión del peor miedo de todos, el miedo al éxito, y en este artículo quiero profundizar un poquito más y darte una lista de síntomas de ese síndrome del APC para que puedas diagnosticarlo y empezar a «medicarte» para que te cures del todo porque la imagen que das sin darte cuenta cuando padeces este síndrome es como la de un erizo que se encoge y saca sus púas. Así es difícil que nadie se te acerque.

¿Cuándo estás en modo APC (Abierto Pero Cerrado)?

 

Cuando tienes miedo a la competencia

Si no tienes puesto el foco en lo importante, es decir, en tu cliente y en cómo ayudarle, y te dispersas queriendo controlar lo incontrolable, te cierras a recibir. Lo que haga la competencia jamás lo vas a poder controlar, por lo tanto deja de perder energía en mirar alrededor salvo que sea para aprender. El tiempo que pasas sufriendo por los «bocados» que la competencia te puede quitar, es tiempo que pierdes de conseguir clientes y mejorar tú. Al final hay hueco para todos. Busca cuál es el tuyo.

[Tweet=»Lo que haga la competencia jamás lo vas a poder controlar. Céntrate en lo que puedes hacer diferente.»]

Cuando desconfías de quien te contacta

Si te sorprendes a ti mismo diciendo «qué querrá este que escribe», «seguro que es un interesado», «otro aprovechado», etc, antes incluso de hablar con la persona, te cierras a recibir. Abrirse significa estar dispuesto a conocer y curiosear porque sabes que llegado el momento tienes la capacidad de decir que no. Otra cosa es que hagas caso a tu intuición cuando algo te chirríe, pero de entrada es importante que no te cierres a conocer aquello que a priori te suene bien y creas que puede sumar a tus intereses.

Cuando te quejas por no conseguir clientes

La queja, sea de lo que sea, no sirve para nada. Es importante que estés orientado a soluciones y que te enfoques constantemente en lo que consigues en vez de en lo que no consigues. Donde pones el foco pones la energía y donde pones la energía es lo que generas y por lo tanto lo que atraes. Ten en cuenta que siempre va a haber un porcentaje de posibilidades que generes que no se van a materializar, es un hecho que cuanto antes asumas antes dejarás de frustrarte. Por lo tanto, cuando te estás quejando por lo que no consigues lo que haces es cerrarte a recibir.

Cuando no te sientes cómodo con la abundancia

Cuando empiezas a hablar en términos de «me conformo con esto», «si yo no necesito más», etc, te cierras a recibir. Una cosa es que tengas claro qué es lo mínimo que quieres conseguir y otra muy distinta es conformarse y ponerse ya un techo antes de empezar. Gestionar la abundancia es complicado y es cierto que puedes morir de éxito, pero mejor que pienses en fórmulas para gestionarla correctamente que optes por frenarla para «no meterte en líos». Ese período de caos cuando la abundancia llega lo vas a tener que pasar más tarde o más temprano si realmente quieres avanzar. Siempre digo que emprender tu negocio de servicios y cualquier negocio es un juego de ordenador en el que vas pasando pantallas. Pues bien, la gestión de la abundancia es una de ellas. Piensa en simplificar y buscar la eficiencia porque por ahí va la solución. Ya te llegará el momento de plantarte y estabilizarte en un nivel de trabajo y de ingresos, tú lo vas a decidir, pero no lo hagas antes de tiempo porque el mensaje que das es de no estar abierto.

Cuando tu mayor preocupación es hacerlo perfecto

Si buscas la perfección te cierras a recibir. Si estás más preocupado por ser perfecto o hacerlo perfecto te cierras a recibir. Nuevamente estás poniendo el foco donde no debes, te estás desviando de lo realmente importante: tu cliente, cómo encontrarle y cómo abordarle para ayudarle. No busques la perfección, busca lo que funciona. Si das un curso, por ejemplo, lo importante no es si lo haces bien o no, lo importante es lo que tus asistentes consiguen gracias a lo que tú les ofreces. Si cumplen sus expectativas, entonces lo has hecho bien.

Cuando te empeñas en controlarlo todo

Cuando quieres que se produzca una determinada acción que no depende de ti ya te cierras a recibir porque vuelves a poner el foco donde no debes, es decir, en un lugar en el que no vas a obtener nada o al contrario, vas a generar el famoso efecto observador e influir negativamente en lo que suceda finalmente. Esto es muy típico a la hora esperar por ejemplo la decisión de un cliente respecto a la compra de tu servicio. No se trata de que te olvides del tema, tan solo de que le prestes atención cuando toque hacer el seguimiento correspondiente.

Cuando postergas lo importante y te centras en lo que no toca

Cuando te pierdes haciendo todo aquello que no toca hacer porque así evitas hacerte cargo de la parte incómoda de tu negocio (captación de clientes)  te cierras a recibir. Piénsalo, estás cerrando el ciclo natural de la venta desde el principio, porque la venta empieza precisamente con esa acción. Déjate ver donde tu cliente te puede encontrar. La clave está más que en buscar en permitir que te encuentren. Planifica tus tareas diarias agrupándolas en aquellas que tienen que ver con la captación, con la venta y el seguimiento, con la producción (contenidos, cursos, etc) y con la gestión. Si en la primera no hay nada, estás postergando.

Te sugiero que te pases este chequeo periódicamente porque el síndrome del APC es un poco como la gripe, es decir, cada año hay una cepa nueva y seguro que encuentras más síntomas que podamos añadir a la lista. ¿Te animas a compartirlos en los comentarios? Ábrete.

Si aún no has conseguido vivir de tu negocio de consultoría, coaching o terapias, te sientes estancado o no sabes ni por dónde empezar, apúntate ahora a mi comunidad para seguir recibiendo contenidos como éste y aprender trucos y herramientas, tanto de superación personal como de estrategia de negocio, con las que darte la claridad y motivación que necesitas para lograrlo. Llévate este entrenamiento de regalo de bienvenida.

Y CONSEGUIR INGRESOS TODOS LOS MESES

¿Me ayudas a llegar a más personas?. Comparte el artículo en tus redes. Gracias 😉

Facebook
Twitter
LinkedIn
TRABAJA CONMIGO

TRABAJA CONMIGO

Supera tus miedos, da el primer paso y comienza a transformar tu vida.Te mereces ser feliz.

hablemos
Artículos que te pueden interesar:
sígueme en las redes sociales

Artículos relacionados

2 comentarios en «El síndrome del APC de los profesionales independientes»

  1. Perfectamente descrito!. En mi caso, he de comenzar por redefinir lo que das por sentado que estoy haciendo, al inicio del post, entre cuyas aseveraciones dices: tienes clara tu propuesta de servicios.
    Gracias
    CG

    Responder
    • Gracias por tu comentario, Cleo. Fenomenal que si no tienes clara tu propuesta de servicios, trabajes en ella para llegar mejor a tu cliente. Un abrao

      Responder

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.