Un negocio es algo parecido a la maquinaria de un reloj, es decir, requiere de una serie de acciones constantes y bien milimetradas para mantenerse en funcionamiento. Y cuando digo acciones constantes quiero decir para siempre.
A medida que el negocio va creciendo hay que incorporar nuevos engranajes a los ya existentes o incluso eliminar algunos de los que teníamos porque ya no nos sirven para seguir funcionando, pero en cualquier caso el funcionamiento no deja de ser un arte de colocar las piezas adecuadas y de ponerlas en movimiento, como digo, de manera constante. Y el único artista que puede hacer que todo funcione, ¿se te ocurre quién puede ser? Lo has adivinado…TÚ.
Las piezas de ese engranaje podríamos decir que son:
- Tu cliente
- Tu producto o servicio
- Tu visión
- Tu estrategia
- Tú
Ahora bien, esas 5 piezas del reloj requieren no sólo que todas encajen sino que haya una energía que las mueva en armonía. El foco emisor de esa energía eres tú y ha de ser transformada en acción. Algo parecido a lo de la energía potencial y la energía cinética que aprendíamos en las clases de física, por cierto, qué atravesada tenía yo esa asignatura.
Hasta aquí podría parecer que te estoy hablando de algo tremendamente complejo. Nada más lejos de la realidad porque al final esas acciones que tienes que poner en marcha en el fondo no son tantas y lo cierto es que, si bien en un negocio son muchas las cosas que hay que tener en cuenta, cuando simplificas y te centras en aquello que realmente se va a traducir en dinerito para el bolsillo, te das cuenta que al final no es tanto. Principio de Pareto: el 20% de tus acciones te traen el 80% de los resultados. Por lo tanto, es en ese 20% en las que te tienes que enfocar y dedicarles el mayor tiempo posible porque esas acciones son las que al final te van a traer los ingresos recurrentes que deseas.
Hay muchas razones por las que los ingresos no llegan en la cuantía que deseas, pero por encima de todas ellas está la de no enfocarte en repetir de manera constante a un ritmo más o menos ágil aquellas acciones que son realmente productivas y que al final pueden traducirse en pasta.
¿Cuáles son esas acciones?
Vamos con ellas…
Acciones de captación (aunque a mí me gusta más hablar de atracción)
Lo de captar parece que habláramos de secta y bueno, tú no eres una secta, pero sí que tienes que hacerte con tu llámalo club de fans, seguidores, admiradores, tribu, incondicionales, etc. Lo cierto es que si hay algo que alimente tu negocio y le dé vida eso es tu lista de contactos. Por lo tanto, desde el minuto cero que tu negocio echa a andar tendrás que concentrar una buena parte de tus esfuerzos en aumentar tu lista de contactos.
De lo que se trata es de atraer gente en masa a la que le vas a contar lo que haces, personas delante de las cuales vas a demostrar lo que sabes y puedes hacer por ellas. Ya sea mediante un blog, redes sociales, asistencia a eventos, asociaciones, etc, lo cierto es que tienes que salir a lucir el palmito online y offline y no sólo para que te vean sino para atraerles a tu negocio. Salir por salir es tontería, hay que salir ahí fuera con un fin muy claro en mente: atraer al máximo número de personas a tu negocio.
Ten en cuenta que de todas esas personas luego sólo unas pocas van a estar realmente interesadas en comprar, por lo que has de atraer al máximo posible de compradores potenciales, personas que encajen con el perfil que buscas, está claro.
Acciones de venta
Si las atraes y no haces nada más es como si tienes tos y te rascas la barriga. A partir de ahí tendrás que diseñar estratégicamente acciones recurrentes que vayan encaminadas a tener reuniones de venta con el mayor número posible de todos los que se han acercado a ti. No esperes que la gente se mueva sola, las personas tenemos tendencia a la comodidad y a que nos lo den todo hecho, así que no te duermas y llámales a la acción. Además esa llamada a la acción actuará de filtro porque probablemente los que no estuvieran interesados en comprarte jamás y sólo se hayan acercado a fisgar se acabarán yendo.
No te interesan los fisgones, te interesan los que más tarde o más temprano comprarán y los que a lo mejor no compran pero hablan bien de ti y te refieren a otros, porque lo que ofreces consideran que puede ser útil a otras personas.
Acciones de seguimiento
Muchas personas se interesan por tus servicios pero les lleva un tiempo hasta que alcanzan su momento álgido de necesidad de comprar, especialmente cuando estamos hablando de servicios de consultoría, coaching, terapia, etc. Son servicios en los que cuesta dar el paso para comprar o simplemente lleva un tiempo hasta que les llega su momento. No pierdas el contacto con esas personas y mantén una comunicación fluida para ver cómo van sin resultar pesado. El que ahora te dice que no, es eso AHORA NO y es probable que necesite un recordatorio de vez en cuando, no de que ya le toca comprar, sino de simplemente cómo le van las cosas y en qué punto está. Eso es lo que debes calibrar.
¿Y todo esto cómo funciona? Piensa una cosa, si tú te mueves tu negocio se mueve, dicho de otra manera, tu negocio es un fiel reflejo de tus acciones. Si tus acciones son esporádicas o vas a picos, tus ingresos serán también esporádicos. Si por el contrario tus acciones son constantes y sistemáticas, entonces tendrás ingresos recurrentes.
Todo esto te lo enseño paso a paso en mis programas personalizados de coaching-mentoring. Además trabajo contigo para precisamente que consigas vencer a tus saboteadores internos y que ejecutes todas estas acciones de manera continuada y a un ritmo constante, porque si la pereza y el miedo al fracaso o al éxito te pueden, entonces estás muerto.
¿Y tú? ¿Qué acciones estás poniendo en marcha para hacer que tu negocio funcione? ¿Qué dificultades estás encontrando? Compártelas en los comentarios para que pueda ayudarte.
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2 comentarios en «3 acciones diarias para conseguir ingresos recurrentes»