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¿Cuántas perdices mareas al cabo del día?

La perdiz y la felicidad suelen ir de la mano…»estoy más feliz que una perdiz», «fueron felices y comieron perdices», pero cuando se trata de los negocios y de ser productivo la pobre perdiz tiene una connotación bastante diferente porque lejos de ser feliz, se la mete en la centrifugadora para marearla.

Hoy te propongo un juego. A lo Mayra Gómez Kemp en el famoso UN DOS TRES de los años 80 yo te pregunto…por lo que vale tu precio hora, haz una lista de las perdices que mareas al cabo del día, UN DOS TRES, RESPONDA OTRA VEZ….

Venga, empiezo yo y luego sigues tú…

  • Poner la colada justo antes de hacer una llamada a un cliente
  • Mirar el correo justo antes de una reunión de ventas importante
  • Hacer la compra antes de empezar tu jornada de trabajo
  • Empalmar la anterior con la hora de la comida y empezar a hacer algo productivo a las 4 de la tarde
  • Wassapear en el chat de tus colegas de la clase de pilates cuando estás a punto de responder a un mail que te puede generar una colaboración beneficiosa
  • Responder a una coña marinera que te ha llegado por mail justo antes de responder a una persona que te ha escrito interesándose por tus servicios…

…..

Tic, tac, tic, tac…¿Ya tienes la lista completa? ¡Bien!

Quizá haya exagerado pero en mayor o menor medida seguro que alguna de ellas te encaja (espero que no hayas logrado superarlas, ¡por Dios!).

La secretaria del Un dos tres de turno diría aquello de «6 respuestas acertadas a 25 pesetas cada una hace un total de 150 pesetas» (la multiplicación es correcta porque la calculadora no miente así que no marees la perdiz comprobando si he hecho bien los números y sigue leyendo).

Sin embargo, nosotros vamos a echar las cuentas de manera diferente porque hay «perdices» que son más gordas que otras y por lo tanto vamos a añadir un factor de corrección porque las perdices que mareas se dividen en dos: las gordas y las más gordas.

Aunque todas tienen un denominador común y es que las mareas haciendo algo que no toca hacer en ese momento, hay matices que son los que nos llevan a esa división tan «científica».

Las gordas son aquellas que mareas haciendo algo relativo a tu negocio, dentro de las horas que le dedicas al negocio, pero que no es prioritario porque en ese momento te aleja de tu objetivo.

Las más gordas son aquellas que mareas haciendo algo que no tiene absolutamente nada que ver con tu negocio durante el tiempo que se supone le dedicas al cabo del día. Éstas tienden a aumentar cuando tu oficina es tu casa. Pues bien, a éstas, les pones el factor de correción de 2, porque el mareo es doble hasta tal punto que la perdiz más que mareada acaba desmayada.

¿Las tienes ya todas?. Bien, pues ahora para cada una de ellas pon al lado las horas que le dedicas, multiplica por el factor de corrección, suma todos los resultados y multiplica por lo que cobras por una hora de tu trabajo a tus clientes. Tendrás una bonita cifra del coste del mareo.

¿Y por qué a pesar de ese coste sigues mareando la perdiz? Dicho de otra manera, ¿qué te impide hacer lo que realmente toca en cada momento? No me vale eso de «yo es que soy muy disperso y me distraigo con una mosca que pase volando». ¿Para todo eres disperso? Seguro que no. Si te dispersas será por algo.

Pero hay otro tipo de perdiz a la que mareas una y otra vez poniéndola a andar en círculos en torno al error de siempre todo el rato. Es una perdiz a la que además le pones una caperuza en la cabeza para que no vea, para que siga pensando que mientras no salga de ahí estará protegida. Esa perdiz ERES TÚ.

¿Qué pensamientos asaltan tu cabeza? ¿Cuán fuerte es tu deseo por lograr lo que quieres? Y ya no hablo sólo de tu negocio, hablo de tu vida. ¿Qué necesitas hacer para lograrlo? Explora cuáles son tus impedimentos, tus frenos, en definitiva, tus miedos. Conócelos y hazles frente.

Hazte las siguientes preguntas para desenmascararlos:

¿Qué parte de ti estás alimentando con esas acciones? ¿Adónde te llevan? ¿Dónde acabarás después de 1 año si sigues así? ¿Y después de 5? ¿Realmente querías ir hasta ahí?

Cuando te hayas respondido pregúntate qué te da más miedo: dar un paso al frente AHORA y hacer lo que tienes que hacer para llegar donde quieres estar o acabar en ese lugar al que llegarás por continuar «mareando tus perdices».

«Apadrina» a tus perdices y sálvalas de morir del porrazo que se van a dar cuando se caigan de cabeza por culpa de tanto mareo. Tus sueños te lo agradecerán.

El número de perdices que mareas al cabo del día, es directamente proporcional al miedo a no lograr tus objetivos

 

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¡GRACIAS!

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