Muchos son los modelos de negocio que hoy en día, gracias a la tecnología, se pueden iniciar y desarrollar desde casa. Si a esto añadimos la cuestión económica, es la mejor forma de ahorrar costes. Además tú te pones el horario, tienes mucha facilidad para hacer tus quehaceres diarios, comer en casa…Vamos, un lujo.
Al principio, todo son ventajas hasta que pasan los días, los meses y tomas conciencia del grado de autodisciplina que eso requiere y de lo complicado que es separar los espacios y ya no físicos, sino mentales, para distinguir tus momentos de trabajo, de los de tus quehaceres diarios y de los de tu ocio y como te descuides, tu prenda más usada será el pijama.;-).
Cuando emprendes además hay un factor añadido que muchos llamamos la MONTAÑA RUSA DEL EMPRENDEDOR. Mantener la motivación alta día tras día y la actitud positiva para afrontar los retos que supone montar tu propio negocio no es tarea fácil y de alguna manera subes, bajas y tomas impulso para volver a subir. Tu único jefe es tu propia mente, el gran saboteador por excelencia.
Este cóctel tiene como resultado en muchas ocasiones el efecto contrario de lo que quieres para ti y para tu negocio: el AISLAMIENTO.
Detrás de cada emprendedor hay un sueño que quiere ser mostrado y compartido con los demás para ser alimentado día tras día hasta hacerlo realidad. Si empiezas a estar aislado, el sueño, lejos de materializarse se ahoga.
¿Cómo salir de esta situación? Para mí hay 3 puntos de apoyo muy importantes que puedes utilizar por separado o bien combinados dependiendo de tus necesidades y del momento de desarrollo en el que estés.
– La figura del coach: es la persona que te va a ayudar a salir más rápidamente de tus momentos más bajos y que te enseñará a ver luz cuando sólo seas capaz de ver oscuridad. La vida en general es una cuestión de actitud y la del emprendedor en particular es vital para tener éxito.
– La figura del mentor: es la persona que te va a guiar paso a paso en lo que tienes que hacer para emprender tu propio negocio.
– El coworking: consiste en compartir espacio de trabajo con otros emprendedores. Pero en realidad va mucho más allá. Es una filosofía de trabajo, un espacio de colaboración basado en aportar conocimientos y habilidades para establecer sinergias, nutrirse unos de otros y crecer juntos.
Tener una idea es sólo el embrión, ponerla en práctica y llevarla a buen puerto requiere tiempo, aprendizaje, paciencia, perseverancia y algo fundamental: buscar los apoyos necesarios para poder tomar impulso y seguir caminando.
«Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo», dijo Arquímedes. Atrévete a buscar el tuyo.
2 comentarios en «La soledad del emprendedor»
Hola Azucena:
Uf, que verdad es lo que cuentas 🙂
La de veces que me he sentido demasiado sola detrás de la pantalla del ordenador. ¿Conoces alguna iniciativa de coworking en Madrid? estaría genial pasarse por allí a conocer a otros emprendedores.
Un saludo
Charo
Hola Charo,
Gracias por tu comentario.
Hay muchos espacios de coworking en Madrid. Es cuestión de elegir el que mejor se adapte a tus necesidades. Yo estoy en http://www.colabora-coworking.com/ cada vez más contenta. Estás invitada a pasarte por aquí;-).
Aprovecho también para desearte un ¡magnífico 2013!.
Azu