Tres razones por las que tienes que “salir del armario”

No sé cuándo ni por qué se acuñó la expresión «salir del armario» para expresar el momento en el que una persona reconoce públicamente su homosexualidad, porque es aplicable a cualquier faceta de la vida que tenga que ver con asumir lo que uno es en general.

Y si quieres ser un empresario de verdad, entre los pasos que has de dar en tu evolución está la de «salir del armario» en este caso, del armario de la economía sumergida. Porque una cosa es hacer tus pinitos y probar un poco a ver cómo te desenvuelves sin rendir cuentas, y otra muy distinta es de verdad querer vivir de tu sueño creando una maquinaria a través de la cuál te desarrolles como persona y prosperes a todos los niveles. Prosperar significa entre otras cosas, regularizar tu situación y ser consecuente.

Esa regularización siempre se asocia al tema económico únicamente y bajo mi punto de vista el tema se queda corto, porque dar ese paso de «salir del armario» y decirle a Hacienda «Hola, estoy aquí, ahora sí que somos todos» tiene una serie de razones mucho más importantes que el hecho de que tengas que pagar impuestos.

Además cuando uno empieza y mientras tu actividad es esporádica y no supera ciertos límites de facturación, no hace falta ni siquiera empezar a cotizar en la Seguridad Social, basta con darse de alta en Hacienda, al menos en España. Y ese trámite es gratuito.  Vamos, que no hay que empezar montando una sociedad, sino que basta con optar por la figura más sencilla y a medida que vayas creciendo ya irás cambiando a la que más ventajas tenga para ti y para tu tipo de negocio. En cualquier caso, quien mejor te puede informar de todo esto es tu asesor.

Por lo tanto, paso ya a darte 3 razones fundamentales que si estás ahí «que sí que no», «que no que sí», espero que te ayuden a lanzarte, porque al final son más las ventajas que los inconvenientes.

PRIMERA RAZÓN: Tu mentalidad cambia

Cuando te das de alta le estás diciendo al mundo «tengo mi propio negocio». Automáticamente estarás en condiciones de empezar a pensar de manera diferente. Ya no eres alguien que trabaja por cuenta ajena y hace sus apaños, eres alguien que quiere de verdad ganarse la vida haciendo algo que le apasiona (parto de la base de que estás desarrollando un negocio que te da la vida). Poco a poco te irás sintiendo más empresario, te lo tomarás todo más en serio y te lo vas a currar a tope para estar a la altura. Dicho de otra manera, vas a ser mucho más profesional de lo que ya eras.

SEGUNDA RAZÓN: La legalidad te abre puertas

Cuando no puedes emitir factura porque no estás dado de alta, juegas al trapicheo, al «quiero ganar dinero pero que no se me note mucho no vaya a ser que me pillen». Vives en un miedo continuo y estás más pendiente de no pasarte que de generar negocio. Si te das cuenta es un contrasentido lo mires por donde lo mires. Cuando estás en la legalidad puedes facturar y eso te permite ir con la cabeza bien alta y asomarte a cualquier entorno, ofrecer tus servicios a cualquier cliente independientemente de si es grande o pequeño. No hay límites, salvo los miedos típicos (al rechazo, al fracaso, etc…pero ese es otro armario del que también tendrás que salir para progresar).  Además sin el miedo ese a «que te pillen», te anuncias en cualquier parte, puedes darte toda la visibilidad que te dé la gana, algo clave para generar negocio. En otras palabras, si estás escondido, no creces.

TERCERA RAZÓN: Te pones las pilas con las ventas

Estar en la legalidad implica contribuir al herario público. Podríamos entrar en la eterna discusión de si es justo o no lo que se paga y es cierto que al autónomo no se le ponen las cosas fáciles porque desde el minuto cero gane mucho o poco está pagando impuestos porque aquí no hay tramos que valgan. Pero no estoy escribiendo este post para reclamar a los políticos qué sería lo que ayudaría al colectivo de autónomos a despegar de verdad (las medidas aún son muy insuficientes), así que mientras llegan las ayudas de verdad, toca adaptarse a la realidad y si quieres ganar lo que te mereces y poder dar salida a las cargas de tu negocio y a las personales y además disfrutar de la vida, no te queda otra que generar más y más ventas. Así que estar en la legalidad te ayuda a no conformarte, ponerte las pilas y echarle imaginación y ganas para saltar los obstáculos que te impiden vender. Digamos que sales de vivir en modo «miedo a perder» para vivir en modo «cómo puedo ganar más». Ojo, no se trata de hacer una venta al degüello, sino de enfocarte en que la tarea prioritaria en tu negocio es buscar a las personas a las que tú les vas a solucionar un problema con tu servicio. Eso es vender. Y a cuantas más personas ayudes más dinerito al bolsillo. Es una ecuación muy sencilla.

Podríamos esgrimir una cuarta razón que sería la de contribuir al crecimiento de tu país y de la sociedad donde vives, aunque al principio esa no va a ser la que más te motive pero a medida que vayas creciendo y vayas viendo lo que genera en las personas tu proyecto, empezarás a sentir esa razón como parte de la misión que te hace ponerte en marcha todas las mañanas. Porque detrás de cada pequeño empresario hay un sueño de mejorar la vida de los demás, y «salir del armario» es un paso vital y cuando lo des te darás cuenta de que realmente hay un antes y un después.

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