Emprender está de moda y creo que a estas alturas todo el mundo sabe que lanzarse a la puesta en marcha y ejecución de un proyecto empresarial, independientemente del alcance o tamaño que pueda tener, es algo que requiere esfuerzo, perseverancia y un cambio radical de mentalidad, sobre todo si se viene del mundo del trabajo por cuenta ajena.
Pero de lo que no se habla tanto es de cuáles son las herramientas necesarias para no perder el norte, porque por el camino son muchos los obstáculos y también las distracciones que uno tiene en forma de oportunidades que a veces resultan ser trampas en las que uno se mete sin darse cuenta.
En este post te brindo algunas herramientas que me han servido para ser capaz de salir de situaciones a las que llegué por error y de las que no siempre me resultó fácil salir.
Además del plan de negocio, te sugiero que te crees tu propia hoja de ruta que será la brújula que te guíe a la hora de tomar determinadas decisiones y de salir de muchos charcos en los que te acabarás metiendo. En esta hoja de ruta se trata de que definas tu propósito de vida en el que te quede claro siempre por qué y para qué te embarcaste en la aventura empresarial y cómo quieres que sean todas las áreas de tu vida.
Esta hoja de ruta tiene 3 patas: VISIÓN, MISIÓN Y VALORES.
VISIÓN
La visión es el QUÉ. Qué es lo que quieres hacer, pero no sólo con tu empresa, sino con tu vida. Es importante que la visión de tu negocio, es decir, el alcance, hasta dónde quieres llegar, si quieres algo pequeño o algo grande, qué quieres cambiar en el mundo y hasta dónde llega tu mundo, esté alineada con la visión que tienes de ti mismo dentro de ese negocio. Abarca hasta donde te sientas cómodo y amplía o disminuye siempre que lo consideres necesario. Ni te ahogues ni te quedes corto. Se trata de que alimentes un bien muy valioso: TU AMBICIÓN.
MISIÓN
La misión es el PARA QUÉ. Para qué haces lo que haces, qué te aporta, qué aportas a los demás y qué aportas al mundo. Es lo que te va a levantar de la cama todos los días, es, en definitiva, la gasolina de tu motor. A ella te vas a agarrar para salir de los mayores baches porque cuando la dificultad es grande, si tienes clara tu misión y es lo suficientemente motivadora, vas a pasar a la acción y a enfocarte en la solución en vez de en el problema. Este elemento de tu brújula es vital para que continúes en la brecha. La perseverancia sale en buena parte de aquí.
VALORES
Por último, los valores son el CÓMO. De nada sirve todo lo anterior si no lo haces con arreglo a lo que es importante para ti en la vida, a tus prioridades. No definas más de 8 ó 10. Estos valores tienen que estar alineados con tu misión, con tu visión y con todas las parcelas de tu vida: salud, dinero, carrera profesional, autodesarrollo, imagen, entorno, casa, familia, pareja, amigos, ocio, espiritualidad, contribución…Todo ha de estar equilibrado. Descríbelas, ¿cómo quieres que sean?
Serán muchas las veces que te desvíes del camino. No pasa nada, eso forma parte del juego. Pero si tienes bien definida esta hoja de ruta, podrás hacer siempre los ajustes que necesites y recuperar el rumbo. Sin rumbo no llegarás a la meta ni ganarás dinero por el camino. Párate y revísala de vez en cuando, no sólo cuando te tropieces, y ajústala. Los valores prioritarios pueden ir cambiando.
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2 comentarios en «La brújula del emprendedor. No pierdas el norte.»
Hola, Azucena! Trabajo en venta directa por catálogo y me encanta lo que hago, quiero mucho a la empresa que represento ya que los productos cuidan el medioambiente, es una empresa solidaria y que mima mucho a quines trabajamos para ella. Tengo mis objetivos claros, sé bien hacia dónde quiero ir, qué quiero lograr. Mi gran problema, es que tengo un equipo de ventas de más de 20 personas que no logro entusiasmar, sólo la cuarta parte noto que disfruta de lo que hace. El resto, tengo la sensación de que lo hacen como algo más en su vida, cuando lo hacen. De hecho vivo dando altas y bajas en mi equipo. Cuando los entrevisto, se muestran encantados y entusiasmados con los productos y el trabajo, creo que transmito bien esa parte.. Pero luego, se desinflan, no tengo novedades, los contacto y si no ponen escusas, a veces ni responden. He querido organizar reuniones con el fin de mantenerlos atentos y entusiasmados, pero tampoco responden a ello, sólo muy pocos. Tengo la sensación de que no lo toman en serio, como yo. Estoy como en un torbellino sin saber qué más hacer o dónde me estoy equivocando. No obstante, continúo, no bajo los brazos, porque espero encontrar el camino que me lleve a mi objetivo. Estaré más que agradecida si me puedes dar una manito. Saludos cordiales desde Argentina.
Entiendo tu malestar, Claudia. Lo que te sucede es normal y forma parte de este tipo de negocios y de cualquier otro. De los aparentemente interesados y con ganas de comprometerse, como tú dices, luegto sólo son unos pocos. No todo el mundo está en el punto adecuado y con la capacidad de aguante y compromiso que requiere sacar adelante cualquier negocio. La tendencia es a ver sólo la parte buena del éxito, pero para eso hace falta abordar otra parte un tanto ingrata que es absolutamente necesaria para llegar donde uno quiere. Las montañas se suben a pie normalmente, sudando la gota gorda y no en helicóptero disfrutando del paisaje sin más. Mi sugerencia…no pierdas el tiempo con quien no muestra interés real. Fíjate exclusivamente en los hechos, no en las palabras y dedica tu tiempo y déjate la piel con los que de verdad están comprometidos. El resto simplemente no es su momento o una vez que han entrado han descubierto que este negocio en el fondo no es para ellos. Dedica tu tiempo a los que te siguen y no gastes un ápice de tu energía en quienes necesitan que tires de ellos constantemente. Probablemente su camino es otro. Espero haberte ayudado. Un abrazo