Siempre digo que emprender después de los 40 es el proceso de desarrollo y transformación personal más brutal que he vivido. Si hay algo que tienes que aprender para conseguir el éxito que buscas es mantener a raya a un montón de demonios que, francamente, si no emprendieras no tendrías tanta necesidad de dominarlos o incluso en algunas ocasiones ni siquiera sabrías que los llevas dentro.
Hay una parte desconocida para nosotros mismos en nuestro interior que sólo tenemos la oportunidad de hacerla visible ante nuestros ojos cuando nos enfrentamos a situaciones nuevas, cuando tenemos delante determinados obstáculos y lo cierto es que sólo ante las dificultades es cuando somos capaces de sacar lo mejor de nosotros mismos y, en definitiva, crecer. Sí, hoy empiezo un tanto filosófica este post 😉
Dicho esto, paso a centrarme en el tema del que te quiero hablar y es que si hay algo que caracteriza el comportamiento de cualquier emprendedor que no consigue resultados o bien aquel que quiere lanzarse y no lo hace, es LA DISPERSIÓN.
La pregunta es la siguiente…
¿Qué es lo que origina realmente esa dispersión?
No, no es que seas muy desorganizado o que no sepas gestionar tu tiempo porque eres torpe, caótico, etc. Todos tenemos un puntito de caos que, por qué no decirlo, también es necesario porque en el fondo es de donde brotan muchas veces las ideas y la creatividad que también son necesarias para emprender y para la vida en general (creatividad también es tener buenas ocurrencias para resolver los problemas del día a día). Escudarte en la torpeza es ponerte excusas para no hacer lo que tienes que hacer.
[bctt tweet=»Escudarte en la torpeza es ponerte excusas para no hacer lo que tienes que hacer»]
El origen de la dispersión está en otro lugar bien diferente: el de LA DUDA.
La duda agota física y mentalmente. El tiempo que pierdes en dudar en el fondo es tiempo de vida que pierdes porque lo que haces es postergar continuamente lo que quieres conseguir.
- En los inicios dudas entre si lanzarte o no y cómo hacerlo y dudas por una sencilla razón: QUIERES ACERTAR EN LA DIANA A LA PRIMERA.
- Y cuando ya te has lanzado dudas constantemente de si hablar con un cliente potencial o no, de cómo plantear tu servicio, de si mandar una comunicación tal o cual día, de si lo que dices ofenderá o no, de si… podríamos hacer la lista casi infinita pero al final la conclusión es la misma: dudas porque QUIERES ACERTAR EN LA DIANA A LA PRIMERA.
Es más, hay momentos en los que meterías en plantilla a un adivino que te asegurara para cada paso que das si lo vas a dar en firme o te vas a pegar un tropezón y si ese tropezón va a ser de tambalearte un poco o de darte un talegazo de esos de antología que quedarán para los anales de la historia. Siento decirte que ningún adivino que se precie te puede avisar de algo semejante y tienes que asumir tú tus propios riesgos si quieres de verdad avanzar.
Esa duda, por si fuera poco, no sólo tiene la consecuencia que estamos viendo (la dispersión y el caos), sino que tiene otra consecuencia que bajo mi punto de vista es mucho peor: TE ROBA LA ENERGÍA. Y la energía eres tú y tú eres el motor de tu negocio hasta tal punto que, como me dijo una clienta una vez… «me he dado cuenta que cuando yo me muevo mi negocio se mueve y cuando me paro mi negocio se para». Puede sonar a perogrullada pero tomar conciencia de eso y asimilarlo en cada una de las células de tu cuerpo, es fundamental para seguir avanzando. El siguiente paso evidentemente es saber en qué dirección y cómo te tienes que mover. La cuestión es que para ambas cosas nunca vas a tener la certeza de que las estás haciendo de manera correcta hasta que no te pongas en marcha y llegue un momento en que lo sientas.
¿Cómo te vas a dar cuenta de eso? Muy sencillo: cuando tu energía esté alta y no haya nada que te pare. Al final del día puedes tener dos tipos de cansancio: el que te hace sentir que estás para el arrastre y no quieres ni moverte o el que te obliga a descansar para retomar fuerzas y seguir avanzando. Es algo parecido al cansancio ese placentero que uno siente después de haberte pasado el día caminando por el monte. Cuando llegas a casa y te tumbas en el sofá después de la ducha te duele todo el cuerpo pero al mismo tiempo sientes una gran satisfacción y estás en la gloria. Pues bien, así te tienes que sentir después de acabar cada día que trabajas para construir tu sueño como emprendedor.
Me dirás…vale, Azu, eso está muy bien pero, ¿cómo hago para conseguir eso?
Repasemos el orden de todos los elementos que intervienen en el proceso:
DUDA – DISPERSIÓN – FALTA DE ENERGÍA – POSTERGACIÓN
RESULTADO: NO CONSIGO CLIENTES
Por lo tanto, si hay algo a lo que le tienes que plantar cara desde este momento es a la duda, la única prima hermana por parte de padre y de madre a la vez de la inseguridad que existe. El antídoto contra la duda es muy simple: TOMA DECISIONES.
Te cuento algunos trucos que a mí me han funcionado para dejar de dudar:
Métete presión
Dicho así suena a que lo siguiente que te voy a decir es que practiques una meditación masoquista en la que a golpe de cuenco tibetano te sacudas un latigazo o directamente te arrees con la maza del cuenco en la cabeza…Tranqui…no van por ahí los tiros. Cuando me refiero a que te metas presión estoy hablando de ponerte un tiempo límite para hacer las cosas. Si hoy tienes que contactar con 10 personas proponte hacerlo en, pongamos 30 minutos. Si no les pones un límite de tiempo a tus tareas entonces dejas que entre el fantasma de la duda a dar una opinión que nadie le ha pedido pero a la que le acabarás haciendo caso. Hacer las cosas en tiempo muy limitado hace que tu mente se enfoque en lo que es realmente importante y deje de perderse en las Batuecas.
Cuando hayas decidido ponte en marcha ipso facto
Lo típico, decides algo pero en vez de hacerlo de manera inmediata lo dejas para dentro de un rato o para mañana. Dicho de otra manera, has vuelto a dejar entrar a la duda a dar una opinión que nadie le ha pedido…»´¿estás seguro de lo que vas a hacer?». Dale las gracias por querer protegerte pero mándala a paseo y ponte a hacer inmediatamente. Si luego el resultado no sale como esperas, analiza lo que ha pasado, corrige y vuelve a ponerte en marcha. Todo eso te ayudará a ganar seguridad en ti mismo porque piensa que cada error que cometes lo que te ayuda es a estar más cerca del resultado que quieres conseguir.
Siente y visualiza
Cuando estoy en proceso de idear y planificar algo nuevo siempre escucho lo que mi cuerpo me dice. La sensación que tengo en el estómago me dice si lo que estoy pariendo es una ida de olla o si voy por donde quiero ir. Es como una fuerza interna que me habla y que se llama INTUICIÓN. Es importante que te sientas cómodo con lo que estás sintiendo. Si algo te supera tu cuerpo te lo va a decir. Baja un poquito el nivel, reorienta lo que estés ideando y visualízalo. Normalmente cuando lo vemos encontramos la manera de crearlo. Por lo tanto, observa las señales de tu cuerpo, escucha a tu intuición porque esa voz interior es la antítesis de la DUDA. La intuición reside en tu corazón. La duda en tu cabeza. ¿A quién prefieres escuchar?
En la medida que vayas practicando y entrenándote de esta manera irás ganando seguridad en ti mismo y la seguridad es garantía de resultados (de los buenos).
Y ahora comparte tus dudas en los comentarios para que te ayude a convertirlas en acciones productivas.
Si aún no has conseguido vivir de tu negocio de consultoría, coaching o terapias, te sientes estancado o no sabes ni por dónde empezar, apúntate ahora a mi comunidad para seguir recibiendo contenidos como éste y aprender trucos y herramientas, tanto de superación personal como de estrategia de negocio, con las que darte la claridad y motivación que necesitas para lograrlo. Llévate este entrenamiento de regalo de bienvenida.
¿Me ayudas a llegar a más personas?. Comparte el artículo en tus redes. Gracias.
8 comentarios en «El secreto para decir adiós a la dispersión»
Fantástico tu artículo.
Me muero de risa con lo de la presión y el cuenco tibetano.
100% de acuerdo en todo, se nota que sabes de lo que hablas, muy buenos consejos.
Hay cosas del artículo que piensas «lo sabía» pero hasta que no te lo dice alguien ajeno a quien consideras un pro (o sea tú) es como «¿me lo estaré inventando? ¿será un tontería?» y esas cosas.
¡Gracias Azucena!
No…no te lo estás inventando. Lo que uno siente nunca es inventado. Gracias por lo de «pro». A seguir adelante, Raquel!. Un abrazo fuerte.
Extraordinario artículo, Azucena.
Se nota que sabes muy bien de lo que estás hablando, así como también sabes ayudar a quienes están pasando por esa situación de parálisis.
Compartiré tu artículo, me ha gustado mucho
Besos
Gracias, por tu comentario, Wilda. En efecto, en todos mis artículos hablo desde la experiencia vivida. Creo que es como mejor puedo ayudar. Y genial que compartas el artículo para que llegue a más personas. Un abrazo.
Es refrescante cuando lees y percibes la frescura en el texto. Y eso lo da la autenticidad, vale decir, no luce como recetas cumplidas sino más bien como una conversación amena. No sigo el curso pero me intriga la madurez y convicción que refleja. Gracias. Provoca aprender.
Muchas gracias, Angel, por tu comentario. Un abrazo
Buen razonamiento.
De «sentido común», aquel que muchas veces olvidamos en nuestra locura diaria.
Felicidades por hacer que pare y lo recuerde, abriendome los ojos una vez mas.
Gracias por tu reflexión en voz alta, Alvaro. Un abrazo