Dicen que una mala actitud puede arruinar una buena oportunidad. Si tu estrategia es buena pero tu actitud mala, no vas a atraer prosperidad a tu negocio y acabarás echando por tierra todo más tarde o más temprano. Si tu estrategia es mala pero tu actitud buena, tendrás la suficiente cintura como para hacer los cambios necesarios que te lleven a enderezar el camino hacia el lugar correcto.
La actitud es lo que marca tu comportamiento ante cualquier situación, y tu comportamiento tiene que ver con lo que piensas y sientes. Por lo tanto es ahí donde has de trabajar de manera incansable para cambiar tu mentalidad, creer en ti, enfocarte y crecer, o lo que es lo mismo, para convertirte en la persona que necesitas ser para conseguir lo que quieres. Te aseguro que hasta que no te conviertas en ella, no llegará lo que tanto anhelas.
Existen 5 actitudes que considero básicas y que marcan la diferencia entre arruinar tu vida y conseguir hacer realidad la vida que quieres. Te las cuento aquí…Si tienes alguna más, déjala al final en los comentarios.
1.- Escucha y actúa con rapidez
Lo sé, lo de que escuches es un topicazo que estarás harto de oír una y otra vez. Escuchar significa estar atento al mercado, a tus clientes, a las señales que te envía la vida. Si escuchas bien, y no te resistes demasiado a los cambios, tendrás capacidad de reacción. En este artículo te hablo más en detalle de cómo gestionar el miedo al cambio: El miedo al cambio: cómo gestionarlo en 5 sencillos pasos
Con la práctica serás cada vez más flexible y si te metes en algún charco, te será más fácil salir de él. Valora siempre lo que das y lo que recibes. Si la balanza no está equilibrada no tengas reparo en cambiar. Para cada decisión que tomes hazte siempre esta pregunta «¿me acerca o me aleja del tipo de vida que quiero conseguir para ser feliz?».
2.- Ayuda a los demás disfrutando
En mis cursos de ventas siempre empiezo con una pregunta: ¿Qué es para ti vender?. Cuando vender se identifica con manipulación, artimaña o engaño, mal vamos. Vender es ayudar a resolver problemas y cobrar por ello. Enfócate en eso en cualquier faceta de tu vida. De nuevo pon escucha para detectar los problemas que puedes resolver. Algunos los podrás resolver por ti mismo, para otros tendrás que echar mano de personas que sepan más que tú en algunas materias y colaborar con ellas. Sé inteligente, no quieras hacerlo tú todo o te olvidarás de disfrutar. Recuerda para qué haces lo que haces, quién es el último beneficiario y cómo le cambia la vida. Si ayudas a cambiar las vidas de los demás resolviendo sus problemas, cambiarás la tuya. Es la mejor forma de atraer prosperidad a tu negocio.
3.- Sé constante
La constancia es la madre de todos los éxitos. Cuando desarrollas tu propia empresa los frutos no llegan de la noche a la mañana y aunque lleguen, siempre van a hacerlo de manera irregular, porque cuando siembras, las plantas crecen a su ritmo, no al tuyo. Por lo tanto, en épocas de sequía es cuando más constante hay que ser con el cuidado de la tierra para que dé frutos. Si quieres atraer prosperidad a tu negocio mantente constante en tus acciones, observando siempre desde fuera para hacer las correcciones pertinentes a tu estrategia global. Las acciones no son otra cosa que la ejecución de la estrategia y las únicas que te darán frutos. La estrategia sólo es la idea y para aterrizarla necesitas acción enfocada y constante. Confía y no te quedes en el corto plazo.
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4.- Enfócate en lo importante
Habrá momentos en los que des palos de ciego porque no estés muy seguro de que el camino elegido sea el correcto. Esto te generará cierta dispersión en la que pruebes varias cosas a la vez. Enfócate en las que realmente son importantes, y las que tienen que ver con tu negocio son importantes cuando te remuneran. En dinero y en satisfacción. Y suelen tener que ver con 3 cosas esenciales que te harán crecer y atraer prosperidad a tu negocio.
- Poner en marcha acciones que traigan caras nuevas que te conozcan.
- Generar confianza.
- Monetizar (acciones de venta).
Por lo tanto, no te distraigas en todo lo que no ayude a afianzar esas 3 patas.
5.- Da, pide y agradece
Sé generoso y a la vez selectivo. Dar es sembrar y como buen agricultor has de buscar los mejores campos para poner tus semillas. Los frutos después pueden venir en múltiples formas más allá del dinero. La remuneración emocional en forma de satisfacción por ver a los demás crecer y prosperar o la que te abre puertas que por ti mismo no habrías sido capaz de abrir nunca (por ejemplo, un contacto estratégico), pueden ser tan valiosas o más que la recompensa económica inmediata. Normalmente ese tipo de remuneraciones te llevan a recoger más frutos, algunos inesperados. Déjate sorprender. Pide lo que necesites y agradece cuando lo recibas. El estado de agradecimiento es un canto a la vida en el que le estás pidiendo más de lo bueno que te ha dado.
Por último…
No te resistas al cambio, al contrario, muévete con él para encontrar aquello con lo que fluyes, porque cuando fluyes atraes y cuando atraes ya sabes lo que pasa.
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